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equipamiento metro

La primera aproximación al proyecto proviene de un análisis del espacio público y de la infraestructura del metro presentes en el lugar. 

    El emplazamiento evidencia la carencia de espacios de carácter peatonal en la zona; incluso la plaza Molina no tiene entidad en si misma, siendo un resultante de una intersección viaria. Nos encontramos en el punto de partida de una red de calles peatonales que llegan a la calle Balmes sin ningún tipo de espacio mediador, siendo la transición entre las dos realidades conflictiva.

    Conjuntamente al analizar la situación del metro, es evidente el potencial de realizar dos nuevos accesos a la L7 al mismo tiempo que se facilita la accesibilidad a la infraestructura, en contraste al actual recorrido laberíntico.

    El proyecto pretende aunar estas dos oportunidades: dotar al barrio de un espacio para el peatón que actue de colchón entre las calles de escala doméstica con las grandes vías como Balmes y Via Augusta, configurar este espacio como una extensión de la infraestructura del metro, potenciando una mejor relación con la ciudad.

    Para ello se construye un vacío, un edificio que camufla sus patas en los vecinos y que vuela sobre el acceso al espacio central. La planta baja pasa a la cota del metro, desde donde se accede a los equipamientos.

FACHADA:

El interés por lograr una integración en el entorno proviene sobre todo de la intención de focalizar la atención en el vacío central. Se conjuga esta idea con un guiño al pasado infraestructural del emplazamiento, una fotografía realizada antes del soterramiento de la vía, que con el proyecto vuelve a aparecer abriéndose a la plaza. Este pixelado que se realiza sobre la trama de ladrillos también contribuye a restar “peso” a la pata de grandes dimensiones. Para ello se emplean ladrillos manuales que permiten ser colocados en ambas direcciones o ser cortados para poder dibujar mediante el despiece.

    El cuerpo central se entiende como una caja de vidrio de lógica propia, ligera y lisa frente a las rugosas y pesadas patas laterales. De esta manera se refuerza la distinción de espacios servidos y servidores desde la imagen exterior además de desde la estructura.

Kerman Arranz

Los conocimientos adquiridos con anterioridad en proyectos y análisis me permite aquí desplegar múltiples estrategias de intervención en espacio público, arquitectura e infraestructura al mismo tiempo. 

También es aparente la mochila de conocimiento adquirida en los ejercicios y proyectos de carácter técnica realizados en los anteriores años. La solución estructural y constructiva va estrechamente ligada al concepto del proyecto.

2017-2018

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